reloj cámara Lancaster (id. 8319), que se fabricaba cerca de 1886 (su patente es de ese año). Nuestra pequeña réplica del modelo masculino de reloj cámara Lancaster fue fabricada cerca de 1980 por Rolf Oberländer en metal y latón, un verdadero experto mundial en la fabricación de réplicas verdaderamente minuciosas. Al parecer incluso la policía de Berlín tenía una de estas pequeñas cámaras espía. El último de estos relojes cámara originales conocido fue vendido en Londres en 1982 por cerca de 12000 libras esterlinas.
James Lancaster estableció su negocio en Birmingham como óptico en 1830, cambiando el nombre de la compañía a J Lancaster & Son sobre 1876, pasando a compañía limitada en 1905. W. J. Lancaster fue el encargado de expandir su negocio hacia el equipamiento fotográfico desde comienzos de los 1870s, llegando a patentar 18 productos entre 1885 y 1899.
Esta cámara en miniatura o cámara espía fue creada para placas de 4x5cms. El aparente reloj de bolsillo despliega un fuelle metálico de 6 partes cuando se abre su caja.
La versión femenina de esta cámara miniatura ofrece un producto más pequeño y difícil de encontrar (fue vendida por 36000 dólares en 2007), solamente se conocen 4 ejemplares de ese modelo (no porque sean difíciles de hacer, sino porque son prácticamente imposibles de usar debido a su tamaño).
Hoy queremos hablaros de una pieza muy especial que acaba de pasar a formar parte de nuestra colección: la cámara oscura Chevalier.
Comencemos primero por aclarar qué es una cámara oscura exactamente: el término cámara deriva de la palabra camera, que en latín significa "habitación" o "cámara". Johannes Kepler acuñó el nombre de "cámara oscura" por primera vez en su tratado de 1604, definiendo el concepto de este instrumento, que será además la base de su invento del telescopio (aunque el concepto de cámara oscura se conocía ya desde el siglo X, en el que el científico árabe Alhazen aplicó sus principios para explicar la formación de la imagen visual). La cámara oscura original no era más que una habitación oscurecida cuya única fuente de luz provenía de un minúsculo orificio en una de sus paredes. La luz que penetraba por ese orificio proyectaba una imagen del exterior en la pared opuesta, aunque ésta resultaba invertida y borrosa los artistas no dudaron en servirse de cámaras oscuras para realizar sus esbozos con mayor precisión. Con el transcurso de los siglos aquella primera habitación fue evolucionando y mejorando, hasta convertirse en una pequeña caja manejable y con una lente óptica en el orificio para conseguir una imagen más nítida.
Ya en el siglo XIX se generalizó la construcción de este tipo de elementos, ayudando de forma inequívoca a la invención de la fotografía en buena parte gracias a los Chevalier. Esta familia de ópticos formada por abuelo (Louis Vincent Chevalier (1743-1800)), padre (Vincent Jacques Louis Chevalier (1770-1841)) y nieto (Charles Louis Chevalier (1804-1859)) comercializaba sus objetivos para microscopios a través de su tienda en la Quai de l'horloge 69, donde se convirtieron en proveedores de Niépce, quien además de comprar lentes para sus cámaras fotográficas experimentales les envió pruebas fotográficas de sus avances. Otro de los clientes de los Chevalier era Daguerre, quien como sabéis también estaba realizando sus propios experimentos fotográficos, de hecho al parecer un día de 1824 éste irrumpió en la tienda de los Chevalier exclamando:
¡He encontrado la manera de fijar las imágenes de la cámara oscura!
¡He sorprendido a la luz fugaz y la he encadenado!
¡He obligado al Sol a pintarme los cuadros!
Como bien sabéis la carrera hacia la invención de la fotografía no estuvo exenta de múltiples ensayos y errores y años más tarde el propio Charles Chevalier escribía en sus memorias que "Daguerre había cantado victoria antes de tiempo" (el daguerrotipo no fue oficialmente anunciado hasta 1839). Finalmente fue Joseph Niépce el primer fotógrafo de la historia, para quienes los Chevalier inventaron y fabricaron la primera cámara fotográfica en 1826.
Los Chevalier le hablaron a Daguerre de Niépce y sus heliografías y gracias a su mediación el pintor y empresario Daguerre pudo ponerse en contacto con Niépce. Ambos perfeccionaron la cámara oscura añadiendo elementos de fijación de la imagen en el plano de la pantalla y firmaron en 1829 un contrato de constitución de sociedad a través del cual Niépce, que moriría en 1833, revelaba sus avances para el desarrollo y la comercialización del invento. A partir de estos conocimientos finalmente Daguerre pudo anunciar y difundir ya en 1839 su famoso daguerrotipo.
Nuestra cámara oscura de la casa Chevalier es de tipo portátil para exterior (de tipo "tienda de campaña") y en ella aparece la inscripción "patentada".
Aquí os acercamos una verdadera rareza de las cámaras fotográficas: la Summa Report de Cesare Tiranti (id. 8555), una pieza de origen italiano fabricada en la década de 1950.
Cesare Tiranti era un profesor de ingeniería en Roma, que fundó su propia empresa junto a su hijo Flaminio en la década de 1940. Fabricaba dispositivos ópticos para las fuerzas armadas. Tras la Segunda Guerra Mundial se enfocaron en los productos para el mercado civil. Realmente, se conocen solo tres ejemplares de la marca Tiranti, todos ellos de diseño bastante inusual: Cinefoto (también llamada Roma 48, creada en 1948), Summa para placas de hasta 9x12 (presentada en la Feria de Milán de 1950) y Summa Report (presentada en la Feria de Milán de 1955).
Sobre estas líneas, de izquierda a derecha, la Cinefoto, la Summa y la Summa Report
La Summa Report es una cámara de prensa de 6x9 con una estructura poco habitual. Esencialmente consta de dos cámaras de visión conectadas, una encima de la otra. La cámara superior se utiliza únicamente para enfocar, mientras que la inferior toma la fotografía. Por tanto, está equipada con cuatro objetivos (dos pares de estándar y dos de gran angular), montados permanentemente sobre una torreta giratoria en la parte delantera, lo que permite seleccionar el objetivo deseado simplemente girando su posición.
Esta cámara, como indica su nombre, tenía la clara intención de ser utilizada por fotoperiodistas, una categoría de fotógrafos que necesitaban cámaras robustas, prácticas y precisas. Puede utilizar diversos materiales para tomar las fotografías, ya sean placas planas o películas en rollo de tamaño 120 en un soporte especial. Es posible equipar el aparato con dos lámparas de flash que pueden utilizarse simultáneamente o por separado gracias a unos interruptores especiales. Está fabricada con una aleación especial, por lo que aunque es un aparato voluminoso, resulta ser bastante ligero. Además, está equipado con dos asas para facilitar su agarre.
Tras la muerte de Cesare Tiranti, la actividad de la empresa continuó unos años más bajo la dirección de su hijo Flaminio, hasta su cierre definitivo en 1962. Se produjeron apenas 100 copias de esta rara cámara, con numeración de 101 a 200. En nuestra colección tenemos el número 195.
Este precioso visor está firmado por August Klein, un fabricante de artículos de cuero bávaro-austriaco que llegó a Viena desde Nuremberg en 1845. August Klein fundó su propia empresa de artículos de piel en Viena en 1847 , convirtiéndose rápidamente en todo un éxito. En 1851 Klein realizó una gira por Alemania y Francia, que eran los principales importadores de artículos de cuero en Austria en ese momento, logrando acceder posteriormente a los mercados francés e inglés. Los artículos de Klein marcaron tendencia en temas de moda y consiguieron alcanzar gran importancia en el mercado mundial a través de exportaciones a Francia, Inglaterra, América... Klein fue nombrado proveedor de la coerte imperial y real para artículos de cuero, madera y bronce.
El visor que nos ocupa hoy conmemora el Baile de la Ciudad de Viena de 1906. Este Baile fue el tercero más importante de Viena durante la monarquía, después del Baile de Salón y el Baile junto al Salón. Este Baile de la Ciudad de Viena tuvo lugar por vez primera el 1 de febrero de 1890 en el Ayuntamiento de Viena y fue creado como alternativa al Baile de Salón. Para este evento se compusieron algunas obras musicales: el gran compositor Johann Strauss creó su Rathaus-Ball-Tänze y Carl Michael Ziehrer su Wiener Bürger. Este tipo de bailes tenían gran importancia en Viena: normalmente se relacionaban con eventos históricos o aniversarios imperiales, y fueron llegando a su ocaso con el final de la monarquía en 1918.
Obra de Wilhelm Gause: Baile de la Ciudad de Viena de 1904
En este contexto de lujo es en el que podemos enmarcar nuestro precioso visor estereoscópico, que es de tipo Brewster y está forrado en cuero blanco con detalles grabados en oro que conmemoran el evento del Baile de 1900. El conjunto es de una elegancia y una ornamentación preciosa que nos hace pensar ya en los comienzos del Secessionsstil, un movimiento parte del más amplio "modernismo" y cuyos ejemplos podemos encontrar en pintores tan importantes como Gustav Klimt.
En 1917, Max Fleischer inventó la rotoscopia, con lo que cambiaría la historia de la animación para siempre. Como decíamos, dicho aparato proyectaba una película real sobre una mesa, permitiendo dibujar a los personajes ficticios basándose en el de los personajes reales. Max, junto a su hermano Dave Fleischer y Lee De Forest, estrenaron en 1924 la primera animación con sonido, Oh Mabel.
El Fleischer Studios se destacó entonces por su animaciones fluidas, naturales e ingeniosas. Pronto los hermanos Fleischer asombrarían al público con varios personajes icónicos del cine sonoro de animación: Betty Boop y Popeye el marino, así como de otros personajes inolvidables de la época, como Koko el payaso.
Su invento y sus proyectos pusieron a los Fleischer Studios a la cabeza del género de animación, aunque muy de cerca venía Disney. Y es que para su gran película, la que le valió un lugar en el mundo de la animación y que, además, marcaría el futuro de la compañía, es decir, para Blancanieves y los siete enanitos, utilizó la técnica de rotoscopia. Sin embargo, se dice que la compañía del mítico Walt Disney no tenía permiso para usar la mencionada tecnología y que, además, no dio los créditos ni regalías correspondientes.
Esto, por supuesto, levantó las alarmas en Fleischer Studios, quienes respondieron con un proyecto muy ambicioso: Los viajes de Gulliver. El largometraje de 1939 sería realizada casi en su totalidad con rotoscopia y, por si fuera poco, fue el segundo largometraje sonoro en color de animación realizado en la historia del cine. El primero: Blancanieves y los siete enanitos, así que ya podemos ver que el golpe a los hermanos Fleischer no fue poco.
¿Recordáis qué es exactamente un daguerrotipo? Ya en el comunicado 202, allá por mayo de 2018, os hablábamos de Louis Daguerre, creador del daguerrotipo, y de su maravilloso invento. El daguerrotipo fue el primer procedimiento fotográfico anunciado y difundido oficialmente en 1839 en la Academia de las Ciencias de Francia y con una enorme repercusión. Los trabajos de Daguerre continuaban los iniciados por otro científico francés: Niépce.
El daguerrotipo está considerado el primer proceso exitoso de la historia para tomar fotografías. Para conseguir un daguerrotipo era necesario exponer una placa de cobre plateado a vapores de yodo para que fuera fotosensible, luego con vapores de mercurio se generaban amalgamas de plata y mercurio que daban lugar a la imagen revelada.
Pero el daguerrotipo que hoy nos ocupa, que es un retrato de un capitán de caballería, no es un daguerrotipo cualquiera, se trata de un estereodaguerrotipo, es decir, que está pensado para crear un efecto 3D. De hecho viene presentado en un precioso estuche que incluye el visor para ver la imagen en 3D. Una vez montado el visor se podía ver a través de él como se muestra en esta fotografía.
En la zona del visor, de cuero, aparece en repujado el nombre del óptico Josef Rospini, por lo que este producto se habría confeccionado gracias a la colaboración de Strezek y Rospini.
El autor del daguerrotipo es Franz K. Strezek (Strečeck), fotógrafo nacido en Praga hacia 1807 o 1809. Strezek se trasladó a Viena con su hermano Thomas y comenzó a experimentar con daguerrotipos desde su lanzamiento en 1839/40. A partir de 1844 los hermanos se hicieron cargo del estudio de C. Schuh y ya en 1854 comenzaron con la producción de estereodaguerrotipos. Fue uno de los daguerrógrafos de retratos más exitoso de Viena en la década de 1850 y a menudo coloreaba posteriormente las placas a mano. A partir de la década de 1860 comenzó a tomar fotografías de vistas sin mucho éxito, lo que le llevó finalmente, junto con la aparición de la carte de visite, a trabajar como asistente en otro estudio y finalmente abandonar la fotografía en la década de 1870. A pesar de que acabó sus días totalmente empobrecido, el tiempo le ha dado su lugar en la historia de la fotografía austríaca y su obra se ha mostrado en varias exposiciones.
a cámara reloj A-B-C de Steineck (id. 9065), fabricado en 1949, en la Alemania del Este en plena Guerra Fría. A pesar de que se vendió tan solo durante tres años (del 1948 al 1951), obtuvo tan buenos resultados que está considerada posiblemente como la mejor de su clase.
Aunque esta pieza histórica no estaba pensada como una auténtica cámara espía (como podéis ver en la fotografía no tiene ningún tipo de esfera que marque la hora), lo cierto es que su gran similitud con los relojes hizo que tuviera una gran demanda hace más de 50 años entre detectives y espías aficionados. Esta magnífica cámara es un invento de Rudolph Steineck, que años después fabricó y patentó la cámara minitura Tessina (id. 5586).
Este impresionante reloj de pulsera cuenta de un cuerpo de aluminio y una costosa correa de cuero. Su cámara pesa 42 gramos y mide 42,5mm de largo y 35mm de ancho, incluído el disparador. Está equipado con una lente Steinheil de enfoque fijo de 12,5mm (f2.5), con velocidad de obturación única. Tiene dos ajustes de apertura, ya sea que haya luz brillante o ténue.
La cámara utiliza una película de carrusel de 24mm con 8 exposiciones, y es curioso que no cuenta con un tope de índice para el carrusel, de forma que al presionar el disparador se corre el riesgo de perder el registro. Sus discos pueden ser cortados en una película estándar de 35mm. De hecho, la carga de la película era bastante difícil, como así se apreciaba en el extenso manual de instrucciones que acompaña a este curioso reloj de pulsera con cámara. Allí se indica que para cargar la cámara, el casete se presioa ligeramente en su lugar en la abertura trasera, y el borde estriado del casete se gira a la derecha hasta que se detenga y los puntos rojos del cuerpo de la cámara y del casete se alineen.
En las instrucciones también indican que para tomar la fotografía hay que sostener la cámara entre el dedo índice y el pulgar, y presionar con el pulgar el disparador mientras que con el índice se estabiliza la cámara ejerciendo una contrapresión. De forma automática el casete gira para poder tomar la próxima fotografía, sin necesidad de avanzar la película.
la Sociedad Española de Productos Fotográficos SA (VALCA). Recientemente, hemos incorporado a la Colección fotográfica de Foticos un hermoso cartel publicitario de esta marca (id. 9098). Se trata de un cartón relieve impreso por los impresores J. Gerzon SA, en la segunda mitad del siglo XX, en España.
Probablemente, los amantes de la fotografía más veteranos todavía recuerdan haber tenido en sus casas carretes Valca o quizás, hasta algunos hayan revelado con papel fotográfico de esta marca. Valca fue una empresa 100% española dedicada a la fabricación de productos fotográficos y radiográficos. Se constituyó legalmente en 1940 y levantó el primer pabellón de su fábrica en 1942, concretamente en el VAlle del CAdagua (Valca), por donde pasaba el río homónimo Cadagua. No fue una localización elegida por azar, sino que el proceso de producción de aquel entonces requería de un afluente con aguas limpias y de temperatura estable durante todo el año, por lo que el Valle de Mena (Burgos) era perfecto. Aunque, sus oficinas comerciales se ubicaron en Bilbao, no en vano era una empresa de origen vizcaíno.
Vista de las instalaciones industriales hacia 1951.
En apenas unos años, Valca vivió un acelerado crecimiento físico, técnico y productivo y acaparó buena parte del mercado radiográfico nacional, mientras que en el fotográfico mantuvo un buen pulso a gigantes como Agfa (alemán), Fuji (japonés) o Kodak (americano). Su máximo esplendor fue en 1985. La fábrica del Valle de Mena era un gran complejo empresarial de 41.543 metros cuadrados. Su fachada era de 50 metros y entre sus pabellones contaba con comedor, economato, capilla, laboratorios y despachos. También había viviendas residenciales para los trabajadores. Llegó a emplear a más de 400 obreros, y los empleados eran una gran familia: festejaban juntos las fiestas, realizaban excursiones, celebraban la Navidad junto a sus hijos, etc.
El primer producto que salió de la fábrica Valca era de material fotográfico sensible negativo, con destino a profesionales y las artes gráficas. Poco después se lanzó a la producción de papel fotográfico y más tarde a la elaboración de películas en todas sus variantes (id. 600, id. 7793). Concretamente, en 1973 se lanzó al mercado el nuevo tipo de papel de color Valcolor RC, sobre soporte de papel recubierto de politeno. Buena parte del éxito de la marca se debe también a sus grandes campañas de publicidad. Llegó incluso a participar durante varios años en el Archivo Fotográfico de la Vuelta Ciclista a España.
Imagen del camión publicitario de Valca en la Vuelta Ciclista a España
Algunas de las campañas publicitarias de Valca
A pesar de su gran éxito y de la buena calidad de sus productos Valca no sobrevivió a la fotografía digital. Debido en parte al aperturismo internacional de 1856 con la entrada de España en la Unión Europea, la Sociedad hizo un gran esfuerzo por internacionalizarse, que lo acabó ahogando económicamente en 1993, cuando anunció su cierre. Como han demostrado los años, el fin de esta multinacional española que llegó a exportar a los cinco continentes predijo lo que más tarde le ocurriría a buena parte de sus principales competidores, especialmente Kodak, que poco a poco se vieron obligados a abandonar el mercado analógico. Si os apetece descubrir el estado actual de los restos de la fábrica de VALCA, podéis echar un vistazo al reportaje fotográfico que realizó en los años 2010/2011 el fotógrafo bilbaíno Alfonso Batalla en este enlace.
En 1934, de la mano del diseñador Nikolaus Karpft, crearon el primer modelo de Technika, la primera cámara de campo pleglable metálica del mundo, y que todavía hoy en el siglo XXI sigue produciendo modelos revisados. De hecho, la Aéreo Technika era regularmente utilizada en el espacio por las misiones americanas o europeas.
la cámara Enotelf (id.9193), fabricada por encargo para la compañía Telefónica Nacional en 1980. Un ejemplar muy difícil de conseguir, y que finalmente después de años buscándola está ya en la colección de Foticos.
Esta robusta cámara fue creada especialmente para Telefónica por ENOSA (Empresa Nacional de Óptica SA), que por aquel entonces se dedicaba a fabricar material de óptica y mecánica de precisión para el Ejército y entidades educativas. Así, creó entre otros proyectores, equipamiento para experimentos de física y química, microscópios, voltímetros analógicos y eléctricos, fuentes de alimentación, etc. Esta empresa estatal fue fundada por José María Otero Navascués en 1949 y más tarde formó parte del INI (Instituto Nacional de Industria), que promovía el desarrollo de la industria en España, y que despareció en 1995, cuando sus funciones fueron asumidas por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Entre otras de las empresas que formaron parte del INI están SEAT y ENDESA, por ejemplo. De la mano de Navascués, ENOSA tuvo un intentó de relación comercial con el gigante alemán ZEISS, pero no fructiferó.
Imagen de la fábrica ENOSA en 1985, en el pniar de Chamartin (Madrid)
En 1985, cuando todo era analógico, la compañía Telefónica encargó a ENOSA construir un equipo llamado "Registrador Fotográfico RF-2" para que sus operararios pudieran efectuar la lectura fotográfica de los contadores. Dicho equipo estaba compuesto de un soporte, una fuente de alimentación, un sistema de iluminación y una cámara fotográfica, también conocida como ENOTELF. Para su traslado, el equipo iba en un maletín de seguridad donde se guardaban todos sus componentes.
Se nota a la perfección que ENOSA meditó todas las necesidades de Telefónica a la hora de diseñar este equipo fotográfico. La cámara, de aspecto robusto y pesado para evitar romperse ante posibles caídas lleva en la parte superior una palanca de arrastre y el contador de 36 exposiciones, así como la manivela de rebobinado. Está montada con un objetivo de f/45m, y tanto el foco, como el diagragma y la velocidad son fijos. Sin duda, para que su uso fuera lo más sencillo posible para ser utilizada por los operarios de la compañía Telefónica, tuvieran o no conocimientos de fotografía. Además, el cuerpo en su cara frontal tiene dos salientes para la fijación al equipo de iluminación, dada la escasa visibilidad de la ubicación de los contadores de la luz.
A la izquierda, la placa conmemorativa, fiel semblante de Oskar Barnack (a la derecha)
Oskar Barnack era ingeniero de la empresa alemana Leitz Camera AG (que más tarde pasaría a conocerse mundialmente por Leica) y sufría asma, lo que lo impulsó a tratar de disminuir el tamaño y el peso de las cámaras para poder realizar fotografías en exteriores. De hecho, Oskar fue también uno de los primeros fotógrafos que realizaron reportajes gráficos en los que podía contemplarse la relación de las personas con su entorno.
Entre 1913 y 1914, Oskar consiguió adaptar para uso fotográfico el formato de la película de 35mm que entonces se utilizaba en el cine, dando vida a la primera cámara de pequeño formato, que inició su andadura en 1924: la Leica I. Se la conoce como "la cámara del siglo XX" y logró fama mundial después de que se hiciese público que fotógrafos tan prestigiosos como Robert Capa o Henri Cartier-Bresson la utilizaban en su trabajo diario. Con esta cámara se tomaron fotografías tan famosas como esta:
Lo que quizás no es tan conocido es que la cámara Leica sirvió como pretexto para salvar la vida de miles de judios durante el nazismo. Los Leitz, una familia protestante, dueños de la empresa, idearon la forma de enviar a judios al extranjero sin llamar demasiado la atención: contrataban a trabajadores judíos en su fábrica, los formaba y más tarde los enviaba a América, Francia, Reino Unido o Hong Kong con el pretexto de trabajar allí. Fue arriesgado, si bien el gobierno nazi no se entrometió, quizás porque algunos de sus suminsitros dependían de ellos, como la Leica 250 que el ejército alemán utilizaba en sus vuelos de reconocimiento.
En 1979, con motivo del centenario del nacimiento de su personaje más importante, se creó el Premio Leica Oskar Barnack, otorgado cada año a un destacado fotógrafo, y dotado con 5.000 euros. La empresa alemana celebró por todo lo alto el centenario, con varios diseños de placas conmemorativas (como la que tenemos en nuestra colección) e, incluso, la fabricación de un modelo de cámara hecha de oro de 24 kilates: la M4-2. Se lanzaron al mercado un millar de estas cámaras, grabadas con la copia de la firma de Oskar, y la fecha 1879-1979. Algunas de estas exclusivas piezas se han vendido en Internet por la friolera de 19.999 dólares.
Hoy queremos hablaros de una curiosa pieza de nuestra colección: una medalla de bronce diseñada por el emblemático escultor francés Émile Monier (id. 9496). A modo anecdótico, si os fijáis bien, parece que en esta pequeña moneda de 4,5cm de diámetro aparece representado lo que podría ser "el primer selfie de la historia"
Esta medalla, como se ve en el reverso, se acuñó en el año 1921 en Francia, con motivo de un Concurso General del Stereo-Club. Y se encargó su diseño a Émile Adolphe Monier (1883-1970), un escultor francés emblemático del período Art Decó. Durante su trayectoria creó retratos muy hermosos de los diferentes grupos étnicos del antiguo imperio colonial francés. Y se deben a su autoría importantes medallas de bronce acuñadas con representativos perfiles de hombres y mujeres como Bornour, Peuhl, Senoufo o Touareg creados para la Exposición Colonial de 1931. Abajo podéis ver algunas de las hermosas creaciones de Émile Monier.
A comienzos del siglo XX, con el auge de la fotografía estéreo, comenzaron a surgir clubes de aficionados a la fotografía estereoscópica. De hecho el Stereo - Club francés, fundado en 1903, es quizás de los primeros en crearse y es de los únicos que pueden presumir de continuar su actividad desde su comienzo. Aún hoy publica regularmente un boletín y celebran reuniones mensuales con sus miembros.
Volviendo a la medalla, podéis ver que en la cara aparece en relieve la figura de una madre junto a su hija en una postura que hoy en día nos recuerda al acto tan popular de tomarse un selfie. Pero si nos fijamos más detalladamente, veremos que están viendo al trasluz una vista de cristal o cartón. En la mesa parece también una cámara fotográfica, algo muy recurrente en fotografías de la época.
¿Sabéis cuándo se hizo el primer selfie de la historia? A pesar de lo que pueda parecer, no lo inventó Paris Hilton ni Britney Spears. Ya en 1839, el estadounidense Robert Cornelius en su tienda de lámparas de Filadelfia, se sacó un retrato a sí mismo. Tuvo que posar unos 15 minutos de pie para poder tomarse la foto. También, Frank Sinatra, en 1938, fue uno de los pioneros en este movimiento. Bajo estas líneas podéis ver el "primer selfie" conocido de la historia y a Sinatra sacándose un selfie.
Hoy os aceramos un cámara estereo extremadamente rara con más de cien años de antigüedad: 'Le Prismac' (id.9570), fabricada en Francia en 1906. Esta pequeña joya de la fotografía estereo fue diseñada por la marca francesa Deloye y construida por Devaux. Utiliza rollos de película Kodak de tamaño 102.
En todo el mundo se conocen apenas un puñado de estas cámaras, de las cuales recientemente hemos adquirido una con el número de serie 1004, que viene con su estuche de cuero original en perfecto estado. Esta exclusiva pieza toma exposiciones de 4x4, 4x4,5 ó 5x5cm. Tiene un cuerpo metálico revestido con cuero, en una construcción única con dos objetivos internos de 90 grados para reflejar la imagen en ángulo recto desde los objetivos a la película, lo que permite un cuerpo más compacto al de la época. En la parte inferior tiene un interruptor que activa el obturador. En la parte delantera lleva la placa del fabricante Devaux junto con el nombre de la cámara.
'Le Prismac' es quizás de los únicos modelos que fabricó Devaux, y el único diseñado por la empresa francesa Deloye. Entre 1889 y 1910 Deloye se asoció con Frederic Pierre Jonte, fabricante de cámaras estereo desde 1868 en Francia. Entre otras cámaras, fruto de su asociación lanzaron al mercado cámaras muy exitosas como la Touriste o la Detective, bajo estas líneas. Es una lástima que apenas cuatro años después de fabricar 'Le Prismac', La empresa Jonte & Deloye quebró, poniendo fin a 50 años de actividad.
Esta semana queremos hablaros de uno de los principales fotógrafos del siglo XIX del París bohemio: Gaspard-Felix Tournachon, más conocido como Nadar (1820-1910), del cual contamos en nuestra colección con varias carte de visite de su última época como retratista. Fue un fotógrafo tan reconocido que era todo un honor posar para él. Entre las personalidades retratadas por Nadar destacan pintores como Delacroix, Monet o Manet, escritores como Dumas o Victor Hugo, poetas como Baudelaire, aunque también pasaron por su estudio políticos, actores y otras personalidades públicas.
Autoretratos de Nadar, a la izquierda en fotografía, y la derecha como caricatura
Félix Nadar fue un fotógrafo, dibujante, caricaturista, pintor, aeronauta y escritor que, además, fue el primero en tomar fotografías aéreas de la historia, en el año 1858, realizadas con una cámara fotográfica desde un globo aerostático. Fue también el primer fotógrafo en emplear la luz artificial. Además, a él le debemos las primeras instantáneas de las catacumbas de París gracias al empleo de la luz artificial.
Nadar comenzó utilizando la fotografía como mera herramienta para retratar a los personajes que más tarde caricaturizaba. El éxito de sus caricaturas lo animó a embarcarse en un gran proyecto: grandes litografías de un millar de personajes célebres de París, conocido como el "Panthéon Nadar". Su ingenio y mordacidad le hicieron obtener el sobrenombre de Nadar, derivado de "Tourné à dard" (dard significa aguijón). En aquella época, fue cuando abrió en 1853 su primer estudio fotográfico junto a su hermano Adrien. De hecho, hicieron juntos una de las obras que le valió a Nadar la medalla de oro en la Exposición Universal de 1855 por una serie de fotografías del mimo Deburau.
Su interés por la aeronáutica, afición compartida con su amigo Julio Verne, lo llevó en 1858 a conseguir las primeras vistas aéreas de París tomadas desde el "Geant" (Gigante), un globo con hélice construido ex profeso para tal hazaña. Como consecuencia de este descubrimiento, se consiguieron las primeras imágenes a "vista de pájaro" y comenzó a utilizarse esta técnica también con fines bélicos. En 1870, durante el asedio prusiano al París de la Comuna en la guerra Fanco-Prusiana, las fotografías aéreas de Nadar consiguieron con gran seguridad salvar París de su ocupación: anticipando cuáles serían sus objetivos más probables, la cantidad de armamento disponible, el posible apoyo que tendrían las fuerzas enemigas. No obstante, el ejército francés nunca llegó a reconocer su auténtico valor. En cambio, el escritor Julio Verne sí que se inspiró en su amigo Nadar en su obra "Cinco semanas en globo", en 1863, y hasta lo homenajeó en otra de sus obras, "De la Tierra a la Luna" dando el nombre a su protagonista: Miguel Ardan (es fácil ver que Ardan es el anagrama de Nadar).
Investigadores y académicos han identificado tres etapas en la obra de Nadar: la primera cuando trabajó junto a su hermano Adrien en la década de 1850, cuando tomaba solamente dos o tres retratos por día. Sus retratos enfatizan sobre todo la expresión del modelo. En una segunda etapa, en el estudio del Boulevard des Capucines, adquirido en 1861, en la que imprimía varias decenas de fotografías por día. Fue en esta época donde llegó a cobrar 100 francos por retrato. Y una tercera etapa, cuando trasladó su estudio en 1872 a la calle Anjou, donde se dedicó a retratar solamente a amigos y celebridades. Además, si bien Nadar siempre trató de huir de la técnica de las fotografías "iluminadas" (o coloreadas), cabe destacar que finalmente acabó cediendo al retoque adulador y excesivo que la competencia comercial y los gustos de la sociedad de ese momento le exigían. Y es precisamente de esta última época en la que se enmarcan las carte de visite "iluminadas" que obran en nuestra colección.
Nadar no fue tan solo el primero en subir al cielo y descender a las cloacas para tomar fotografías, sino que también fue el creador de la primera foto-entrevista, junto a su hijo Paul. En 1886, Paul Nadar tomó 12 tomas de la entrevista de su padre al químico francés Chevreul (1786-1889). Se publicó en "Le Journal Illustré" a modo de fotonovela. Félix Nadar murió a los 90 años y sobrevivió a todos sus personajes del "Panthéon Nadar". A su muerte dejó más de 450.000 placas de cristal, que están en poder de la hija de Paul Nadar.
La cámara estereo japonesa Tokioscope (id. 9656) está fabricada en 1926 por Tokyo Camera Works (T.C.W.), una rama del conocido fabricante y distribuidor de cámaras asiático Sone Shunsuido (fundada en 1902). Un aparato compacto, sencillo y asequible para la época.
Esta rara cámara estereo es una copia de la francesa Glyphoscope (Id. 293 e Id. 298), fabricada aproximadamente en 1905 por el francés Jules Richard. El cuerpo de la Tokyoscope está hecho de madera y tapizado con cuero. El visor del fotógrafo está a la izquierda. Toma placas de vidrio a 45x107mm. Y lo más interesante es que cuando se quita el frontal metálico se convierte en un visor estereo.
Precisamente, es la placa frontal la que contiene el mecanismo del obturador y el diafragma, mientras que los objetivos (de enfoque fijo equivalente a un 60mm) están fijados al cuerpo principal. El Tokioscope fue anunciado en el número de junio de 1926 de Ars Camera por Sone Shunsuidō y por Ars, el editor de la revista que también actuaba como distribuidor de cámaras en ocasiones. El anuncio de Sone menciona el precio especial de ¥28, limitado a 1.000 unidades, y curiosamente dice abiertamente que la cámara está inspirada en el Glyphoscope francés de Jules Richard.
Como veis, las similitudes entre ambas cámaras es bastante notoria. Como curiosidad, la copia japonesa está fabricada por Tokyo Cámera Works (T. C. W.), un nombre que resulta muy poco japonés. Pero fue una práctica muy habitual entre 1910 y 1950, cuando algunos fabricantes japoneses cambiaron su nombre por otro más occidental para la difusión de sus cámaras, y solía acabar en Cámera Works. A raíz de la Segunda Guerra Mundial, las autoridades japonesas desaconsejaron el uso de palabras inglesas, y esta práctica desapareció.
Por su parte, el Glyphoscope era una cámara estereoscópica que utiliza placas de vidrio, desarrollada por Jules Richard desde París, que destacó por ser mucho más asequible para el bolsillo que sus antecesoras. Tanto es así que el slogan de márketing era “Établi tout spécialement pour les débutants en photographie" (diseñado especialmente para los principiantes en fotografía).