Cámara minutera Rulex Houten con más de cien años de antigüedad. Esta pieza data aproximadamente de 1880 y hay muy pocas en el mundo. Precisamente, en esa época surgió la fotografía minutera, como una alternativa a la fotografía de estudio, que entonces era mucho más cara, accesible exclusivamente en las grandes ciudades y tan solo para la clase adinerada.
Gracias a estos artefactos, la fotografía llegó a plazas, paseos y hasta pueblos apartados, y sus vecinos pudieron retratarse y guardar así recuerdos de sus seres queridos. El fotógrafo minutero era el fotógrafo de los pobres.
La cámara minutera consiste en una caja de madera que sirve de cámara y laboratorio portátil. En la mayoría de casos, la fabricaba el propio fotógrafo o la mandaba crear a un carpintero, por eso tienen un alto valor hoy en día. Este artilugio permitía realizar insitu una fotografía negativa y su positiva en blanco y negro en apenas 7-10 minutos.
La técnica era muy sencilla. La cámara tenía un juego de lentes con su correspondiente diafragma. El obturador se accionaba bien con un disparador o de forma manual con una tapa delantera. La que tenemos en nuestra colección es muy sencilla: tiene un visor en la parte superior a través del cual el fotógrafo controla todo el proceso del revelado y positivado. Tiene dos pequeñas compuertas, una descubre un cristal rojo que deja pasar la luz solar sin peligro para poder completar el proceso de revelado, y otra puerta inferior abre un compartimento donde se colocan las pequeñas cubetas del revelador y fijador. El lavado del papel se realiza fuera de la caja de madera.
El proceso es bastante rápido: el fotógrafo minutero primero saca un retrato en negativo, para después fotografiarlo, y así positivar la imagen. Aunque hoy en día la fotografía minutera es algo del pasado, sigue teniendo adeptos entre los amantes de los oficios tradicionales. Así, en el siguiente vídeo podéis ver cómo siguen utilizando esta técnica, por ejemplo, en bodas y otros eventos:
La peculiaridad de este pequeño artilugio es que nos permite ver objetos que se encuentran ocultos a nuestra vista directa. La pieza principal de este instrumento es un espejo inclinado, que envía al ojo del espectador la imagen del objeto, bien directamente o bien reflejada en otro espejo situado en otro punto de la estructura.
Este tipo de productos, también conocido como "jelousy glass" fue inventado por el astrónomo germano-polaco Hevelius en 1637. Hevelius creyó en un primer momento que su invento podía tener uso militar (de ahí el nombre, que hace alusión a la palabra "guerra" en griego: polemos).
Como puede observarse en el grabado superior, este artilugio fabricado a una mayor escala podía utilizarse para controlar al enemigo y dirigir el fuego de artillería, pero el ángulo de visión era demasiado estrecho y el invento fue adoptando nuevos usos.
Durante el S. XVIII este producto se popularizó como artilugio para observar a otras personas de forma discreta. De hecho, era común que la gente llevara polemoscopio a lugares como la ópera, pero no para poder ver el espectáculo sino para mirar disimuladamente a los otros espectadores.
Este tipo de objetos ópticos fue evolucionando y personalizándose de alguna manera, como puede verse en estos ejemplos: un polemoscopio que incluía una brújula en la tapa y un set de manicura para caballeros en el interior y otro más pensado para el público femenino, que incluía un pastillero debajo de la tapa y un mini-frasco de perfume.
Esta pieza se fabricó en EE.UU. entre 1939 y 1966, prácticamente a lo largo de toda la actividad desarrollada por la compañía americana Argus (1936-1969). Y algo más de 60 años después, en 2002, aparece en la gran pantalla de la mano de los personajes literarios de J. K. Rowling.
Quizás muchos de vosotros recordáis la escena en que el simpático Colin Creevay, uno de los compañeros de Harry Potter, aparece con una cámara fotográfica bastante curiosa, a tono con todo el entramado, también conocida mundialmente como la cámara “ladrillo”, debido a su tamaño y peso. De hecho, la cámara aparece en casi una docena de veces a lo largo de toda la película.
Esta cámara, inspirada en su creación en las Leica de 35mm, fue construida principalmente con plástico, baquelita y metal fundido, lo que le permitió salir al mercado a un precio muy económico. Su forma tan básica permitía el fácil intercambio de lentes y transporte, probablemente uno de los motivos que la convirtió durante un tiempo en la cámara más vendida del mundo entre las cámaras de 35mm. El gran éxito de esta cámara durante 3 décadas ayudó enormemente a popularizar el formato de 35mm.
El modelo aparecido en la película de Harry Potter es el “matchmatic” fabricado entre 1958 y 1966, que mezcla los colores negro y piel en su cuerpo, así como una conexión lateral para el flash (que también puede verse en el largometraje).
Las Madel.
Este modelo de cámara de baquelita, de fabricación española, fue registrado como modelo industrial en 1949 y su precio era... ¡120 pesetas!
Una de las curiosidades de este modelo de cámara es el disparador, que se encuentra en la parte inferior.
La cámara Madel fue realizada por una conocida marca de juguetes, que posteriormente fabricó una cámara de juguete que salpicaba agua, tanto por el objetivo como por la parte trasera.
La empresa Madel (acrónimo de Manufacturas Delgado) se dedicaba a la fabricación de todo tipo de objetos realizados en plásticos... Y sí, si estáis pensando en otros posibles artículos fabricados por la marca Madel estáis en lo cierto, es la misma marca que creó en los 60s los archiconocidos Madelman, inspirados en los estadounidenses G.I. Joe, para cuyo diseño la empresa Madel contó con el escultor Alfonso Díaz.
autocromo (Autochrome en francés): una técnica fotográfica patentada en 1903 por los hermanos Lumière, y comercializado a partir de 1907 por varios fabricantes. De hecho, fue el único procedimiento en color disponible hasta el año 1935, año en que se popularizó Kodachrome (el primer tipo de película para diapostiivas en color comercializadas a gran escala). En España se conoce su empleo por personajes como Santiago Ramón y Cajal, alrededor de 1911.
El visor que tenemos en nuestra colección es de Mackenstein, una compañía fundada en 1872 y que también realizó varias patentes relacionadas con estas placas de autocromo y otros materiales fotográficos y está acompañada por una placa de autocromo en la que se muestra a una pareja tomada de la mano.
El autocromo consistía a grandes rasgos en recubrir una placa de vidrio sobre la que se había dispuesto previamente la imagen en blanco y negro con una capa coloreada mezcla a partes iguales de féculas de patata teñidas de rojo, violeta y verde. Hay que tener en cuenta que, al tratarse de vidrio, influye en la visualización la luz que incide sobre la diapositiva, por lo que le aporta una luminosidad muy variada y vida. Por todo esto, las placas autocromas son piezas únicas, pues no existen negativos para obtener copias, si no que son placas positivas transparentes.
La cámara estéreo Contura, de mediados de los años '50s.
Esta cámara tan exclusiva fue fabricada por la compañía Stereo Corporation, que contactó con Seton Rochwite para encargarle la creación de esta cámara estéreo tan especial. Seton había logrado cierto renombre gracias a la invención de la cámara Stereo Realist, una cámara que se comenzó a comercializar en 1947 y que fue la responsable del boom del estéreo en los años '50s. Increíblemente la Stereo Realist no fue un trabajo comisionado por una compañía, sino que se basó en una cámara que él había construido para su uso personal por su amor a la fotografía estereoscópica.
Seton Rochwite con el primer prototipo de la cámara Stereo Realist
La compañía Stereo Corporation confiaba en que el conocimiento y la experiencia de Rochwite daría paso a una nueva generación de cámaras estereoscópicas y trabajó con el diseñador industrial Brooks Stevens (diseñador también de lanchas y automóviles como el Excalibur) para darle forma a la Contura, con detalles de diseño depurado como la línea dorada que recorre el frente de la cámara: los controles estaban orientados de tal forma que en un día soleado si se alineaba la línea dorada darían lugar a una imagen perfectamente enfocada.
Desgraciadamente para la compañía, la cámara llegó al mercado demasiado tarde, cuando Kodak lo había inundado ya con cámaras estereoscópicas no demasiado caras y cuando el boom por este tipo de fotografía se había comenzado ya a apagar. Al parecer se vendieron únicamente 130 cámaras a un precio unitario de $100.
La cámara-ametralladora de entrenamiento 'Type 89' fabricada por Konishiroku (conocido más tarde como Kónica) y utilizada durante la Segunda Guerra Mundial. En comunicados anteriores os hablamos de cámaras aéreas utilizadas por los aviones del bando aliado durante la contienda. En este caso, os traemos una pieza original que utilizaron los bombarderos japoneses como herramienta de entrenamiento para sus pilotos.
Concretamente, este modelo fue fabricado en 1929, cuando se crearon cuatro cámaras experimentales. De hecho, el nombre "Type 89" alude al año 2589, que en el calendario japonés equivale a 1929. Tan solo se fabricaron 3.420 de estas cámaras.
Este tipo de cámara difiere de la de combate en que las segundas se utilizaban para confirmar las muertes de los pilotos, mientras que las de entrenamiento, se usaban para evaluar la puntería de los artilleros de combate. Estas ametralladoras tan particulares eran montadas en los aviones, como si de un arma se tratara. Así, cuando se acciona el gatillo, "dispara" la cámara y toma imágenes de 18x24mm en película de 35mm.
Como curiosidad, se cuenta que esta cámara-ametralladora se utilizaba para entrenar a los artilleros en el famoso caza Zero, el avión de guerra más potente y estrella de la Armada japonesa en la Segunda Guerra Mundial. Fue el avión que bombardeó Pearl Harbour.
Así pues, una vez realizada la misión de entrenamiento, se revelaba la película y se evaluaba la puntería antes del verdadero combate en el aire. Solo cuando los pilotos dominaban la cámara 'Type 89' se les enviaba a la batalla. La cámara se podía instalar tanto en el interior del avión, controlada por los artilleros, como en el exterior del mismo, accionada remotamente por cables.
la Boy Scout Kodak, considerada como la primera cámara Scout. Entre 1929 y 1934, la empresa americana fabricó tres cámaras diseñadas por Walter DorwinTeague (un auténtico pionero del diseño industrial) para los Scouts, en su versión Boy Scouts, Girl Scouts y Camp Fire Girls. Cada cámara lleva en la tapa frontal el escudo de su emblema oficial, así como las palabras del modelo grabados en el obturador.
El que tenemos en la colección Foticos es el modelo para los Boy Scouts, diseñado en verde oliva, el color oficial del uniforme Scout. Concretamente, es la versión inglesa de este diseño, que en en la tapa, en lugar del emblema de los Scouts tiene un lirio como simbolo. Además, la versión inglesa tiene el fuelle en color negro, en lugar de verde. Se considera que es la primera cámara portatil a prueba de golpes, agua e incendios.
Respecto al aparato fotográfico, es una versión especial de la cámara Kodak Vest Pocket Model B (la Kodak del soldado, como os comentábamos en otro comunicado anterior), aunque sin el lapicero metálico. Toma imágenes 4x6,5 cm en rollos de película de 127. Aunque se desconocen los números de producción, se sabe que es una cámara relativamente difícil de encontrar.