Cuando en 1976 empecé a trabajar en Mampel Asens en la calle Consejo de Ciento 221, enclave histórico de la fotografía en España, no podía imaginar que en el año 2021 me encontraría gestionando una colección de más de 5000 piezas.
No ha sido algo planeado, pero a raíz de moverme desde aquel año siempre en ámbitos relacionados con la fotografía (como vendedor primero, industrial más adelante), y debido a lo que seguramente es una herencia paterna (guardar cacharros porque algún día valdrán para algo) llegó un momento en que me encontré con una buena cantidad de estos “cacharros”.
Por otra parte, mi esposa provenía de una importante herencia fotográfica. Ya su abuelo hizo sus pinitos en la posguerra con un laboratorio fotográfico y estudio en el norte de África, afición que fue heredada por sus hijos en forma de profesión, creándose así una familia de fotógrafos profesionales con amplia repercusión en el gremio fotográfico.
A principio de los 90, mi esposa me regaló en una festividad una cámara steroscópica de juguete, y me emocionó, me encantó.
Y empecé a hacer fotografías, “a jugar”, a buscar en internet, a documentar “mi descubrimiento”. Lo cierto es que no había mucho sobre fotografía sterocópica, pero me sorprendió ver que no era un invento moderno, sino que era una ciencia conocida ya antes de mediados del siglo XIX.
Comencé a adquir ir algunos aparatos que me resultaban curiosos e interesantes, y prácticamente sin darme cuenta acabamos reuniendo una de las colecciones más grandes de europa, con más de 1300 aparatos steroscópicos.
Esto, unido a todo lo custodiado con anterioridad, cámaras familiares, aportaciones, compras varias a lo largo de los años, conforma la colección que presentamos, y que muy pronto estará estará a disposición de ser visitada y disfrutada, por los amantes no solo de la fotografía sino de la historia escondida detras de muchas de estas extraordinarias piezas.