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Os acercamos la historia de uno de los mayores protagonistas de la fotografía estereoscópicas en España, Jaume Calafell Pifarré (1917-1986). Este fotógrafo catalán fue también un inventor incansable capaz de concebir, patentar, construir y comercializar diversos aparatos fotográficos, entre los que destacan los visores estéreo de peana Marte Visión (id. 11865 y 11866), que recientemente hemos incorporado en nuestra colección.
En la imagen, los visores de Marte Visión en la Rambla de Barcelona. A la izquierda, uno de la colección Foticos
Fruto de su pasión por la imagen, que nació a la edad de 15 años al recibir una cámara de fotos promocional, alrededor de 1961 Jaume Calafell ideó estos robustos aparatos de pago, de más de metro y medio de altura, que se instalaron en los puntos más turísticos de la geografía española. Quizás alguno de los lectores recuerden haberlos visto en el Parque Grande de la capital aragonesa, a donde llegaron gracias a su compromiso con la zaragoza Carmen Pueyo. Permitían visionar imágenes estereoscópicas a color y eran herramientas estupendas de propaganda turística. Las que tenemos en nuestra colección estaban colocadas respectivamente en la plaza de España de Sevilla y en Valencia, durante las fallas de 1978.
Jaume Calafell registró hasta 31 patentes durante su trayectoria profesional, realizada principalmente en Tárrega, aunque también llegó a expandir su negocio familiar hasta Barcelona, Zaragoza o Valencia. De hecho, en los años 50 ideó y comercializó con los nombres de Marte y Marte Visión unos visores de mano muy económicos que compitieron con potentes marcas extranjeras como los View-Martes americanos o los Lestrade franceses. En muchas ocasiones, estos aparatos iban acompañados de vistas estereas en relieve que le dieron mucho prestigio a Jaume Calafell. Como fotógrafo, se estima que su fondo actual puede superar con creces las 100.000 imágenes.
Los visores de pago Marte Visión tuvieron una longevidad extraordinaria, de más de tres décadas, algunos de los cuales sobrevivieron hasta la Barcelona olímpica de 1992, cuando los últimos visores fueron retirados de Montjuïc.