el visor "Krömsköp" (en español cromoscopio o fotocromoscopio) (id. 5909). Se trata de un aparato que, en pleno siglo XIX permitió visualizar escenas cromáticas basándose en la sensibilidad del ojo humano a los colores primarios.
Concretamente, el de nuestra colección es un cromoscopio Schelesicky-Ströhlein fabricado en Alemania en el último tercio del siglo XIX y principios del XX. Friedrich Carl Ferdinand Schelesicky era un fabricante de cronómetros y relojero de la corte al mismo tiempo. Fue el primero de una saga familiar que fabricó, además, visores y cámaras muy bien valoradas. Entre ellos, este elegante cromoscopio de caoba.
Pero antes de que se generalizase el uso de esta técnica a través de Europa y EE.UU., Frederic Eugene Ives (1856-1937), inventor y fotógrafo norteamericano, perfeccionó la fotocromoscopia con la que realizó, entre otros centenares, las únicas imágenes que se conservan en color del terremoto de 1906 de San Francisco, ejecutadas con esta técnica.
Anteriormente, en 1861, el físico británico James Clerk Maxwell había obtenido fotografías con cierto color intercalando filtros rojo, azul y verde con el objetivo de su cámara. Partiendo de esta base, Ives perfeccionó la técnica y creo el fotocromoscopio. El procedimiento se basaba en la idea de Maxwell: primero el fotógrafo tomaba tres negativos con la lente cubierta de un cristal verde, naranja y violeta, los cuales luego tenía que tratar con una solución de gelatina. Después, a través de la combinación de estas vistas, la sensibilidad del ojo humano a estas tonalidades permitía crear la sensación óptica del color. Lo novedoso es que el visor de Ives permitió utilizar transparencias ordinarias en blanco y negro y obtener imágenes en color.
Esquema del funcionamiento del coromoscopio
El cromoscopio es un visor de vistas de cristal que, de forma escalonada coloca las tres transparencias en blanco y negro sobre unos filtros de vidrio de color rojo, azul y verde. Fuertemente iluminadas desde arriba por el reflector del espejo abatible las tres imágenes se superponen y son redirigidas a las lentes de vision a través de cristales internos. Así, ajustándolo de forma manual la fotografía puede verse a color.