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Esta semana os queremos mostrar una fotografía muy peculiar, ya que se trata de una niña de Primera Comunión vestida de negro.
Puede que algunos de vosotros hayáis encontrado alguna fotografía similar entre las fotos de vuestros antepasados. Quizás una abuela que se casaba vestida de negro, o incluso también alguna niña que comulgaba con un vestido de ese color.
Los vestidos de Primera Comunión han seguido siempre las modas que se utilizaban en las bodas, incluso en elementos como el velo. En realidad hasta hace casi 180 era habitual que los vestidos de novia fueran de colores brillantes para poderlos utilizar en otras ocasiones, o de color negro si algún familiar había fallecido. De hecho tanto en el caso de las bodas como de las comuniones, lo normal es que se tratase de un dos piezas de falda y chaqueta para asegurarse de que las prendas podía aprovecharse en otras ocasiones. En el caso de ir de blanco, era un claro signo de riqueza, ya que se demostraba así que la familia podía permitirse limpiar el vestido.
Durante los siglos XIX y buena parte del XX era habitual que tras la pérdida de un ser querido los vestidos de los familiares fueran de riguroso negro. Hasta bien entrado el siglo XX muchas mujeres se daban el sí quiero vestidas de negro, lo mismo ocurría con las niñas que hacían la Primera Comunión. La duración e intensidad del luto variaba en función del parentesco: como normal general por la muerte del cónyuge o los padres se guardaban 2 o 3 años de luto, por los abuelos medio año... Pasado ese tiempo de "luto riguroso" se pasaba al "medio luto" o "alivio luto", en los que se podía usar también el blanco y colores oscuros como el morado. En el caso de los hombres el luto no era tan intenso.
La reina Victoria de Inglaterra, aún no siendo la primera en casarse de blanco, impuso una moda con apenas 20 años que perdura en nuestros días. El enlace también impuso otras tradiciones, ya que la monarca pidió que nadie más llevase blanco al enlace, a excepción de sus damas de honor. Aunque no existen fotografías de la boda, el vestido de la reina Victoria recorrió el mundo gracias a los periódicos, las ilustraciones y grabados de la ceremonia y los souvenirs del evento.
Los monarcas no pudieron resistirse, incluso 14 años despúes de la ceremonia a posar para una cámara recreando el día de la boda, haciendo probablemente uno de los primeros reportajes fotográficos post-boda de la historia.