<div><strong>‘Chinese Image Artistry Shadow Play’ (o Pi Ying, en chino, sombras de cuero), un libro-caja asiático que compila imágenes a todo collor que narran la historia china de esta tradición ancestral,</strong> cuyo esplendor perduró durante más de 2.000 años, siendo su máximo apogeo en la dinastía Qing (a partir de 1632). Es por méritos propios uno de los precursores del cine, porque durante milenios encandiló a niños y mayores con la magia de sus historias. Tal fue su éxito que su popularidad se extendió por todo el mundo y con su combinación mágica de luces, sombras y sonidos hizo reir, llorar, estremecerse, asustarse….. en definitiva soñar despiertos a millones de espectadores, igual que el cine. <br><br> La técnica de estas sombras es sencilla: <strong>se coloca detrás de una fina sábana blanca una fuente de iluminación (una vela, una bombilla) y al poner entre medias unos títeres se consigue la proyección de unas sombras</strong> sobre la “pantalla”, lo que produce una vívida sensación de movimiento.<br>Ahora bien, <strong>el proceso de creación de los títeres es estricto y complicado</strong>. Arranca con el tratamiento de la piel (en su mayoría cuero de buey, que ha de ser pulida hasta dejarla prácticamente transparente), el dibujo, el cincelado, la pintura, el planchado, el engrasado y por último el empalme de todas sus partes. <br><br></div><div><strong>En cada región de China estos títeres tenían unas características distintas</strong>: unos eran más pequeños, otros con un diseño más exquisito o colores más vívidos y atrevidos, otros buscaban la simplicidad y otros en cambio perseguían el realismo.</div><div><br></div><div>La temática de las obras teatrales de sombras era muy amplia y dispar, aunque <strong>por lo general combinaban la representación de los títeres manipulados por habilidosos titiriteros mediante el uso de varillas, con recitales hablados y música</strong>. <br> Este tipo de actuaciones atraía a innumerables audiencias. Y no cualquiera valía para manipular estos títeres articulados. Al revés,<strong> los artistas eran instruidos por maestros y sometidos a un duro entrenamiento, de forma que podían manipular varias figuras al mismo tiempo, poseían grandes dotes musicales y hasta se fabricaban ellos mismos los títeres</strong>. </div>