<div><strong>La fotografía post mortem </strong>es una corriente fotográfica que ha estado ligada a la fotografía desde su origen mismo y que <strong>se popularizó a raíz del invento de Daguerre en 1839. </strong>Apareció como una manera de recordar a los fallecidos que se extendió por Europa y América Latina en el siglo XIX y XX.. Era <strong>muy habitual retratar al fallecido junto a toda su familia a modo de recuerdo</strong>, como en la imagen de nuestra colección. A partir de 1839 <strong>los fotógrafos profesionales ofrecían sus servicios para acudir a domicilio y retratar a aquellos que habían pasado a mejor vida</strong>. <br><br>Como toda técnica fotográfica, el retrato fúnebre es muy amplio y ha ido evolucionando con el tiempo. El fotógrafo tuvo que desarrollar artilugios y procedimientos para engalanar los cuerpos y el resultado de las imágenes post-mortem. <em>Foticoscollection </em>conserva en su colección una silla utilizada entre otros menesteres para el retrato post mortem.<br><br>Así, la variedad de las fotografías es muy amplia, desde instantáneas de los fallecidos simulando estar vivos a otras tomas del cortejo fúnebre, del difunto en el ataúd o, incluso, simulando estar dormido (como si fuera a despertar de un dulce sueño). En pleno siglo XXI cuando parece que la muerte es un tabú pueda resultar una falta de respeto tomar fotografías en un funeral o de un fallecido, pero <strong>en el siglo XIX era una forma más de honrar a los muertos.</strong> Quizás fuera porque el ser humano era consciente de que nuestro paso por la Tierra no es sino un breve suspiro en la eternidad.</div>