Se trata de un pequeño artilugio patentado por Henry William Short en Inglaterra hacia 1898. Fue fabricado bajo licencia por la compañía The British Mutoscope & Biograph Cº. Ltd. El filoscopio es un antecesor de la animación que conocemos hoy en día, ya que se trata de un pequeño cuadernillo con imágenes que varían gradualmente de una página a la siguiente, de forma que al pasarlas rápidamente simulan movimiento... muy parecido a los fotogramas que componen una película, y parecido también a otros inventos como el motuscopio. El antecesor del filoscopio fue patentado en 1868 por John Barnes Linnett, bajo el nombre de Kineograph. El mecanismo que utiliza el filoscopio es muy simple: al bajar la palanca metálica las hojas comienzan a voltearse, pasándo por una solapa saliente que las frena y permite que vayan pasando una a una ante nuestros ojos. De esta manera se consigue crear una ilusión de movimiento. El cuadernillo del filoscopio que está en nuestra colección está formado por 158 vistas fotográficas sucesivas sobre papel, en las que aparece una graciosa escena de una pareja que se reconcilia tras una pequeña disputa. El cuadernillo viene protegido por una pieza metálica con una una bella litografía. El creador del filoscopio, Henry William Short, es una pieza clave en el nacimiento del cine en el Reino Unido. En 1896 vino a España y Portugal y filmó escenas como una corrida de toros o una cueva marina cerca de Lisboa, pasando ésta última a ser una de las más famosas de las primeras películas inglesas.