<div>Uno de los primeros carné de la historia. Una <strong>carte de visite en papel a la albúmina reconvertida en tarjeta de acceso para la Feria Nacional de 1880 de Bruselas</strong>, que conmemoraba el 50 aniversario de la independencia de Bélgica. En ella aparece el retrato de una mujer junto con nombre y su firma manuscrita, y en la parte posterior todos los datos relacionados con la Feria, la fecha así como un aviso legal ante el uso indebido de dicha tarjeta “las personas que presten su tarjeta o utilicen una tarjeta que no les pertenezca serán perseguidas de acuerdo con la ley”.<br>Este tarjeta de acceso permanente a la feria nacional de 1880 tiene <strong>un gran valor histórico</strong>, porque es un<strong> referente de los usos diversos que se dieron a las carte de visite (cdv)</strong>, desde que el fotógrafo francés Disderi las patentara en 1854. Ya apuntaban maneras cuando Disderí las patentó bajo el nombre “carte de visite portrait photographe”, esto es, retrato fotográfico en tarjeta de visita. En apenas unos años, el uso de las cdv se extendió a lo ancho de Europa, EE.UU y posteriormente todo el mundo. Su invento fue tan popular que la moda se conoció como “tarjetomanía”, ya que los ciudadanos coleccionaban e intercamiaban tarjetas de monarcas, políticos, actores y familiares.<br>Pero en esta ocasión su uso es otro bien distinto. Desconocemos el autor de la carte de visite, porque lo realmente importante era que permitiera <strong>acreditar la identidad de la mujer que aparecía en ell</strong>a. En España, Rafael Areñas fue un autor destacado de este tipo de “tarjetas-carné”, y de hecho se anunció como fotógrafo para tal fin, ya que en la Exposición Universal de Barcelona de 1888 también exigían llevar un retrato fotográfico para obtener un pase de libre acceso.<br>Este tipo de documento fue con gran probabilidad los precursores de los DNI actuales, en los que también aparecen la fotografía, nombre y firma del titular.</div>