El artículo que queremos mostraros esta semana es una cámara con un aspecto muy peculiar: la Fotochrome. Esta cámara fue fabricada por Petri en Japón para la compañía Harrison Fotochrome, sobre 1965.
La forma tan extraña de la cámara es consecuencia de la necesidad de reflejar la imagen a través de un espejo para producir una imagen en positivo. El material sensible se coloca horizontalmente a lo largo de la base de la cámara.
La idea del fabricante al lanzar esta cámara era clara: utilizar film de Ansco de 5,5x8cms de color de positivo directo, recortando el negativo y por lo tanto el coste, pero el film debía enviarse para ser procesado, no era instantáneo, y además debía ser enviado expresamente a una de las cadenas que vendían Fotochrome. Otra de las pegas de esta cámara era que su película era muy lenta.
El problema era que Polaroid venía realizando ya positivo directo y además lo conseguía casi al instante, nuestra Fotochrome parecía una Polaroid y era más barata (se vendía por $49,50), pero no tenía la calidad e inmediatez de Polaroid.
Los directivos de la Harrison Fotochrome Inc., que esperaban que esta cámara consiguiera superar a Kodak o Polaroid, vieron pronto cómo sus almacenes se llenaban de cámaras Fotochrome defectuosas o sin vender. La disputa entre fabricante y distribuidor acabó en los tribunales y fue uno de los fiascos de la industria fotográfica más sonados. La parte positiva de aquel desastre empresarial fue que existen en el mercado unidades muy bien conservadas o sin estrenar, una de las cuales ha pasado a formar parte de nuestra colección.