Aparato diseñado por el decorador, mecánico e inventor Hipólito Gil, propietario de un modesto taller sevillano de reparación de cámaras fotográficas. Se trata de un modelo totalmente original del que se produjeron 2.800 piezas que se vendieron rápidamente en todo el mercado nacional al precio de 125 pesetas cada una. Patente de 1947.