<div>Cámara desechable de cartón precargada de exposiciones de 6x9cm en rollo de película.<br>Consiste en una<strong> sencilla caja de cartón de 60x90x125mm revestida de papel imitando al cuero</strong>. Sus diseñadores buscaban un diseño elegante, de ahí su frontal plateado. Por ello fue muy bien acogida por los ciudadanos más exigentes. <strong>Una vez tomadas las 12 fotografías, bastaba con escribir el nombre y dirección</strong> en la parte inferior de la cámara,<strong> meter un billete de dólar por una pequeña ranura</strong> marcada con una flecha <strong>y echarla al buzón.</strong> Para sacar la película el fabricante tenía que romper la cámara. <br><br><strong>En los años 90 las cámaras desechables triunfaron</strong>. Eran muy cómodas y toda una novedad. Pero <strong>quizás no sabías que este concepto surgió muchas décadas antes.</strong> Precisamente, la <strong>cámara americana Encore De Luxe fue una de las primeras desechables</strong>, a finales de los 40 y comienzos de los 50.<br><br>Ya <strong>en 1889 Kodak fabricó la primera película</strong>, y con ella,<strong> comercializó sus cámaras que vendía cargadas para una vez usadas, enviarlas a la fábrica para revelar sus fotos</strong> y a continuación el cliente recibirlas por correo postal con la cámara nuevamente cargada. Pero <strong>la compañía californiana Encore Camera llevó la idea más allá: lanzó al mercado un dispositivo desechable económico, ya precargado con una película de 127 </strong>que permitía tomar 12 fotografías y cuyo coste del revelado era tan solo de un dólar. </div>