<div>Cámara tipo box de placa Midg número 0 fabricada en Reino Unido entre 1905-1920. Está en condiciones de funcionar. Esta cámara todavía tiene algunas placas en el cargador, algunas de las cuales todavía con una placa de vidrio.</div>
Referencia: #11344
Datación: 1902
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Cámara de cajón Midg Número 0 (id. 11344), de los británicos Butcher & Son, modelo fabricado entre 1902 y 1920. Esta pieza es una de los ejemplares que se catalogan como "Magazine Camera", muy extendido en su época debido a sus dimensiones por considerarse como "cámaras de mano". Pero si realmente ha pasado a la Historia esta pieza es porque con ella se perpetró uno de los primeros grandes engaños fotográficos del siglo XX. ¿Queréis saber cuál es? ¡Seguid leyendo!
Esta cámara está construida sobre madera bien curada y revestida de cuero de imitación. Está equipada con un solo objetivo acromático y dos lupas para ajustar el objetivo para exposiciones cercanas. Esta cámara contiene 12 placas en su interior de tamaño "cuarto de placa", que sería algo menor que el estándar 9x12cm. Los británicos Butcher & Sons se dedicaron al suministro de material fotográfico desde 1897 y revendían cámaras -principalmente alemanas- "reeditadas" para el mercado anglosajón. Tan solo fabricaron algunos modelos propios, entre ellos la "Midg", que llegaron a exportarse con cierto éxito a Japón entre 1906 y 1912.
Pero lo que la ha convertido en una pieza emblemática en la Historia de la Fotografía es porque con ella se tomaron en el verano de 1917 dos fotografías que revelaron al parecer la existencia de hadas en un parque de Cottingley, y que fueron admitidas como verídicas por expertos fotográficos durante más de 60 años. Incluso el propio Arthur Conan Doyle las avaló en 1920. No fue hasta 1983 cuando una de sus protagonistas confesó el engaño.
Resulta que Elsie Wright (de 16 años) y su prima Frances Griffiths (de 9 años) tomaron prestada la cámara Midg del padre de Elsie y se acercaron al arroyo de Cottingley para hacerse unas fotografías, que al ser reveladas mostraron a varias hadas bailando en un primer plano. La madre de Wright, ferviente creyende en las hadas, presentó estas fotografías en una conferencia ante la Sociedad Teosófica de Bradford. Más tarde fueron autentificadas por expertos en fotografía y corroboradas por el escritor Arhur Conan Dolye. Aunque no engañaron a todo el mundo: el propio padre de Elsie, un entusiasta fotógrafo aficionado, afirmó que nunca dudó de que fueran falsas.
Frances Griffiths en a la primera fotografía tomada, y Elsie junto a un gnomo alado
Mucho tiempo después, se llegó a conocer que las jóvenes usaron recortes en cartón sujetos con alfileres para falsear esta historia, sin saber que su broma despertaría tanta controversia y engañaría a figuras tan importantes. Sin duda, estamos ante uno de los primeros casos de falsificación fotográfica de la Historia.