raro instrumento científico producido por la Eliott Brothers Ltd de Londres que da el efecto óptico de "cámara lenta" a los objetos que se mueven a alta velocidad. Si el objeto bajo prueba ejecutó un movimiento recurrente, entonces es posible ver el objeto como estacionario, o casi, ajustando el intervalo de tiempo en consecuencia. Se puede hacer que un gobernador funcione entre 50 y 125 RPM y así, multiplicando esto por la relación de transmisión, se puede calcular la velocidad de obturación. El Rotoscopio se utilizó para examinar el funcionamiento de una máquina que funciona a una velocidad conocida, y determinar las variaciones de velocidad. La pintura de la cubierta frontal se está astillando, por lo demás en perfectas condiciones de funcionamiento, caja de madera original ajustada Tamaño aprox. 18 x 16cm sin incluir el mango.
En 1917, Max Fleischer inventó la rotoscopia, con lo que cambiaría la historia de la animación para siempre. Como decíamos, dicho aparato proyectaba una película real sobre una mesa, permitiendo dibujar a los personajes ficticios basándose en el de los personajes reales. Max, junto a su hermano Dave Fleischer y Lee De Forest, estrenaron en 1924 la primera animación con sonido, Oh Mabel.
El Fleischer Studios se destacó entonces por su animaciones fluidas, naturales e ingeniosas. Pronto los hermanos Fleischer asombrarían al público con varios personajes icónicos del cine sonoro de animación: Betty Boop y Popeye el marino, así como de otros personajes inolvidables de la época, como Koko el payaso.
Su invento y sus proyectos pusieron a los Fleischer Studios a la cabeza del género de animación, aunque muy de cerca venía Disney. Y es que para su gran película, la que le valió un lugar en el mundo de la animación y que, además, marcaría el futuro de la compañía, es decir, para Blancanieves y los siete enanitos, utilizó la técnica de rotoscopia. Sin embargo, se dice que la compañía del mítico Walt Disney no tenía permiso para usar la mencionada tecnología y que, además, no dio los créditos ni regalías correspondientes.
Esto, por supuesto, levantó las alarmas en Fleischer Studios, quienes respondieron con un proyecto muy ambicioso: Los viajes de Gulliver. El largometraje de 1939 sería realizada casi en su totalidad con rotoscopia y, por si fuera poco, fue el segundo largometraje sonoro en color de animación realizado en la historia del cine. El primero: Blancanieves y los siete enanitos, así que ya podemos ver que el golpe a los hermanos Fleischer no fue poco.
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