"Existence", un disparador patentado, tipo pistola, con cápsulas de magnesio las cuales, gracias a este dispositivo, eran disparadas a modo de balas y mediante una gran explosión silenciosa emitían un gran fogonazo de luz. Este sistema de flash tan curioso fue fabricado en Alemania en los años 1930-40. Como podéis observar, este sistema de iluminación se basaba en los primeros flashes de la historia, que consistían en una cantidad de polvo de magnesio cuya ignición se accionaba manualmente y que emitía un fogonazo de luz para tomar la fotografía. El primer flash se usó en 1864, pero por su elevado precio no se generalizó hasta una década después. Al igual que entonces, la munición de "Existence" son también de un solo uso. El museo de Foticos cuenta con tres balas precintadas para poder utilizar en cualquier circustancia, bajo lluvia, tormenta o gran apagón. Hacia 1880 el polvo de magnesio se mezcló también con un agente oxidante como el clorato potásico, pero el carácter explosivo del mismo hacía muy peligroso su uso (algunos fotógrafos y modelos sufrían graves quemaduras al usar este sistema de flash). Por ello, a partir de 1930 se empezaron a usar los flashes tipo bombilla, de un solo uso, que contenían en su interior un largo filamento de magnesio en una atmósfera de oxígeno. Estos fueron sustituidos en los 60 por los flashes electrónicos que contenían un tubo lleno de gas xenón que mediante una descarga eléctrica de alto voltaje emitía un destello luminoso. Y más recientemente, los teléfonos móviles en su mayoría utilizan los flashes led.